Su último éxito ha sido el oro en el Europeo sub 18, donde ha conquistado su enésimo MVP. Hizo 27 puntos en la final, 13 de ellos en apenas seis minutos. Un recital que añadir a aquellos 40 puntazos en la final del Mundial sub 17 ante Estados Unidos que la descubrieron al mundo.

Pregunta. ¿Haga balance del torneo?
Respuesta. Estoy muy contenta. Hemos ganado el oro y en el último partido pudimos disfrutar, pero en el campeonato hubo mucha tensión. De los cinco primeros partidos, que se supone que son los más sencillos, ganamos tres en la prórroga. Fue duro físicamente porque cinco de las jugadoras habíamos estado en el Mundial sub 19, pero aprendimos a sufrir y nos ayudó en los partidos decisivos.

P. Un oro más en su carrera y otro MVP.
R. Este no es un oro más. Todos los campeonatos tienen algo que los hace especiales y más si es con estas compañeras. Este es el mismo grupo con el que fuimos subcampeonas del mundo sub 17 el año pasado y, con la ayuda del cuerpo técnico, es el mejor equipo en el que he jugado.

P. ¿Dónde guarda los trofeos? Será una vitrina enorme.
R. Estarán por casa. Y hay que sumar los de mi hermana, que hace atletismo [Victoria, promesa del 1.500] y también ha ganado muchos títulos.

P. ¿Mira lo que ha ganado ya y no siente vértigo?
R. Tengo 18 años y no he hecho apenas nada. No puedo pararme a pensar en lo que he hecho sino en lo que me queda por hacer. No puedo entrenerme. Ahora difruto este oro y luego ya sólo pensaré que en dos semanas me voy a Duke.

P. Menuda aventura va a ser. ¿Cómo lleva el inglés? ¿Qué va a estudiar?
R. Sí. El inglés lo llevo bien, pero no genial. Podría ser peor. Estudiaré económicas. Es una universidad que, además de en lo deportivo, exige académicamente. He tenido que trabajar mucho para convencer al jefe de admisiones y al final lo he sacado. No soy de sobresalientes, pero se me da bien. Lo importante era entrar.

P. Cuando escucha que puede ser la mejor española de la historia y las comparaciones con Alba Torrens y Amaya Valdemoro, ¿qué piensa?
R. No me gustan demasiado. Son muy exageradas. Yo me veo muy lejos de ellas. Tengo 18 años. Alba, por ejemplo, ha sido nombrada este año la mejor jugadora de Europa, juega en el mejor equipo, lo ha ganado todo... Ojalá pueda acercarme a ella, pero me queda mucho por trabajar. Todo lo que se dice me viene grande.

P. ¿Quién es su apoyo cuando las cosas no le salen bien?
R. Mi padre. Siempre. Y mi madre. En el campo, Laia Raventós y Maite Cazorla. Jugué tres años con ellas en el Segle XXI de Barcelona y vivíamos juntas. Cuando me cabreo en la pista son las que me calman y me reconducen.

P. Sigue viendo vídeos de Petrovic y Taurasi.
R. Sí. Me los sé de memoria. Siempre veo los mismos.

P. ¿En qué tiene que mejorar?
R. En todo, porque no hago nada perfecto.

P. Después del verano que ha tenido, cogerá vacaciones, ¿no?
R. Sí, estoy un poco tocada físicamente después de haber jugado el Mundial y el Europeo. No he tenido vacaciones aún y estoy deseando irme unos días a la playa. No creo que toque un balón en un tiempo. Aunque quisiera, estoy tan rota que creo que no podría.

P. El año que viene, son los Juegos de Río. Sería un buen momento para debutar con la absoluta.
R. Ni lo he pensado. No me lo he planteado porque la selección es un equipazo, no dejan de ganar medallas y no veo mucho hueco para mí ahora mismo. Pero si me quieren llevar, que me lleven. Yo, encantada. Sé que tengo que trabajar muy duro para llegar ahí. Es cuando me preguntan por la WNBA. Veo todo eso muy lejos. Ojlaá un día teng que decidirme por jugar en la WNBA o en la selección, pero ahora mismo no tiene sentido pensar en ello porque no estoy en esa situación.

P. No puedo dejar de preguntarle por las bragas de Maite Cazorla.
R. [Risas] Nos conocemos desde los 13 ó 14 años. Maite tiene esas bragas desde un Europeo sub 16 que jugamos. El otro día le dije que si ganábamos el oro, teníamos que hacer una foto de ellas. La subimos a Instagram y ha tenido éxito. Se han hecho famosas.

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