El equipo de la ciudad naval se reencuentra este jueves a las 22.30 horas con el Sportiva de las Azores
Con la clasificación continental ya en el bolsillo, el enfrentamiento de este jueves –22.30 horas– entre el Universitario y el Sportiva Azoris/Hotels se presenta como una oportunidad para que las locales destronen al Galatasaray como primeras de su grupo en Eurocup. Con las turcas disponiendo de un colchón de 103 puntos, frente a los 58 que da la diferencia entre canastas a favor y en contra de las ferrolanas, hay un resquicio lo suficientemente amplio de posibilidad como para que las de Lino López asuman el reto de dominar el marcador contra el Sportiva.
Dado que la cita a dirimir en la isla de Ponta Delgada será la última de esta ronda de la competición, “permitirá saber qué posibilidades tenemos de enfrentamientos”, explicaba el técnico local, por lo que “es importante ganar y hacer la mejor diferencia de puntos posibles”. Sobre su futuro inmediato, lo único que esperaba López este martes era que el primer rival de la siguiente fase no sea un compatriota. Cuestión de variedad, “al final estás en Europa, te gusta jugar contra sus mejores equipos y a lo mejor con un español te conoces más, te vas a enfrentar otras dos veces”, opinó.
Preparación
Jugar el jueves ha presentado otra ventaja para la escuadra local, que ha podido gozar del lujo de entrenar más este inicio de semana, aun llegando con menos margen para su cita dominical con el Spar canario. “Ayer –por el lunes– hicimos un muy buen entrenamiento. Nos viene bien porque estas sesiones pueden ser un poquito más intensas, más largas, puedes trabajar más los detalles, probar cosas nuevas...”, contaba López.
Unas horas dedicadas ante todo a la mejoría propia del club, meta extendida al inminente choque, sin importar la amenaza que suponga el rival o lo que haya en juego. “Lo hablamos en Valencia cuando pedimos un tiempo muerto al final, que fue cuando se nos escaparon los últimos minutos... Da igual que vayas perdiendo de quince, o ganando de cuarenta, tienes que seguir intentando hacerlo lo mejor posible. Y ese es uno de los objetivos de este partido”, dijo el técnico.
Lo corroboraba Alba Sánchez-Ramos, presente en la previa, señalando que será a su vez el último partido para el Sportiva, “para ellas también es una experiencia jugar Eurocup y todo el mundo en la liga sale a ganar”. No darán nada por sentado, indicando López que se han producido cambios en las filas del rival con la llegada de la decisiva Monica Lewis, que firmaba 19 puntos ante el Galatasary y promete cambiar la estructura de juego de las portuguesas.
“Si defendemos como lo hicimos en la primera parte contra Azores, va a depender más de nosotros”, valoró el entrenador ferrolano, que pedía a sus jugadoras luchar "por cada balón", como ya lo hacían en su primer choque con el conjunto rival. Por aquel entonces, hace menos de un mes, lograban vencer con un holgado 82-45.
"Sensaciones"
Con tres recientes derrotas nacionales, simultáneas al buen desempeño del equipo en la cancha continental, López recordaba el caché de la liga doméstica. “Te enfrentas a equipos de distinto potencial”, matizó, contento por la actitud y progreso general del Baxi, parejo en Eurocup y en LF Endesa. Centrados en todo caso en el "cómo pierdes", avanzan con la tranquilidad y motivación de saberse buenas competidoras. “En Valencia dimos la cara tres cuartos y medio, yo creo que mejor que las dos jornadas de después del parón”, indicó asimismo Alba Sánchez-Ramos.
Por motivos de salud y tras el descanso a inicios de mes, la jugadora cántabra no se reincorporó a la competición hasta precisamente el partido del pasado sábado en Valencia. “Se me hizo un poco largo el parón”, admitía el martes, y aguarda que este próximo encuentro europeo sirva para “recuperar sensaciones”.
Sobre su adaptación al club, al que llegaba tras despedirse del Leganés, compartía que “tenemos un grupo muy guay de gente”, si bien Ferrol se le hace algo pequeño tras acostumbrarse a Madrid. Con todo, relataba que "estoy hecha a la idea" gracias a los años que pasaba en Laramie, ciudad estadounidense donde residió y jugó como estudiante en la Universidad de Wyoming. “Aquí hay playa, que eso no lo tenía en ningún lado”, zanjaba entre risas.
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