"Si pudiérais soñar sin límites, ¿qué soñaríais?", lo preguntaba Phineas Taylor Barnum, el caristmático personaje en el que se inspira la película 'El Gran Showman', película que basicamente celebra el nacimiento del mundo del espectáculo y los sueños que se hacen realidad.

En el deporte, la ilusión y el sueño son esenciales porque motivan, inspiran, unen y hacen que sea más divertido y apasionante. Además, ayudan a que el protagonista, que en definitiva es el o la deportista, se supere y se mantenga con la vista puesta en el objetivo, sin importar quién es el rival. Ilusión presidía el vestuario de Perfumerías Avenida en la previa del encuentro ante Fenerbahçe, como mecha preparada para encenderse en busca de algo tan complicado que alguno lo calificaría de sueño imposible, derrotar a un coloso como Fenerbahçe. Un sueño que por momentos fue 'tangible' en Estambul así que la licencia para ilusionarse se había ganado hace una semana y era el momento de dejar volar sin límite la ilusión. Y hasta donde se llegara

El resultado obtenido en Turquía y el camino recorrido para conseguirlo era un aviso que Avenida había dejado a Fenerbahçe así que estaba claro que el equipo otomano iba a intentar cortar las alas de la escuadra local a poco que pudiera. La entrada al duelo podía marcar el devenir del mismo y Avenida quiso dejar claro el mensaje de 'aquí estoy' con dos buenas acciones ofensivas leyendo bien la continuación tras bloqueo e imponiendo una defensa presionante sobre balón que generó algunas dudas en los primeros ataques del equipo turco. De hecho cuatro de sus primeros puntos fueron tiros libres con los que daba respuesta a los puntos del equipo salmantino. Desde muy pronto esas faltas señaladas contra Avenida caldeaban el ambiente, ya de por si tórrido en el pabellón salmantino.

El primer 'as' en la manga de Martínez era una zona que el equipo mostraba mediado el cuarto y bloqueaba el primer ataque de su rival. Después canasta de Leo Rodríguez que entraba con todo al aro y aunque el marcador era ajustado, 12-8, las sensaciones obligaban a Valérie Garnier a pedir tiempo muerto. Avenida ni se inmutaba y seguía trabajando atrás para rebotear, correr y anotar en transiciones finalizadas por Delaere y Leo Rodríguez, que completaba un muy buen primer cuarto leyendo bien que en el primer paso ganaba terreno siempre a su defensora. A lo que había que acostumbrarse era a algún arreón turco porque talento le sobra y McBride rompía el parcial con el primer triple de seis lanzados por su equipo. Esa canasta y una sobre bocina de Collier eran la demostración de que enfrente no había ninguna broma.

La 'segunda unidad' de Fenerbahçe, con Onar en dirección, Laksa y Badiane en pista ofrece menos desparpajo ofensivo, son más metódicas, pero le subía un punto más de intensidad a la defensa, así que se trataba de mover el balón sin error. Regresaba Carter a pista y el equipo encontraba a Vilaró liberada que, en estado de gracia, no perdonaba y ponía el 22-19. Una buena noticia para Avenida es que Koné le ganaba el primer duelo a Badiane y eso le ayudaba a coger confianza en las dos zonas, algo que evidentemente agradece el equipo porque la Koné en modo 'terminator' suma en los dos lados y de su mano la ventaja se dilataba un poquito más, 27-19.

La defensa de Delaere y Vilaró mantenía a McBride en el límite de la desesperación y eso se notaba en los guarismos generales del equipo que sumaba 19 puntos en 15 minutos -basta recordar que anotó 53 en la primera parte de Estambul-. Empezaban a verle las orejas al lobo y se notaba en sus caras, no era para menos porque Avenida iba en manada lo que también provocaba algún error por las ganas de rasgar antes de morder. En ese momento de vorágine la que daba vida a su equipo era Anderson a la que la circulación encontraba liberada en sendas esquinas para desde alli sumar cinco puntos que el tramo definitivo del primer tiempo ajustaban todo, 36-30.

Avenida seguía vivo, le había metido todo lo posible en intención e intensidad al primer tiempo y seguramente otro rival que no fuera Fenerbahçe no le habría podido aguantar. Cierto es que alguna jugadora importante como Prince daba síntomas de un cansancio lógico después de un par de meses de inactividad y dos partidos a la espalda muy intensos y había que ver si tanto esa rotación como esos puntos que hay que esperar de ella no se echaban de menos.

No acompañó la magia en el comienzo del segundo tiempo con un lanzamiento triple que literalmente escupía el aro y otro balón lanzado por Hatar que se paseaba por él para salir también escupido. Fenerbahçe, ayudado por las faltas y los viajes al tiro libre empataba el duelo antes de que llegaran los primeros puntos de Avenida. Endurecía el partido el equipo de Garnier desde la primera línea con una Onar que, rozando siempre la falta pero erigiéndose en faro inesperado de su equipo también en ataque, lograba retrasar el inicio de la circulación de balón. Avenida, mucho más incómodo, se 'tragaba' varias posesiones sin lanzar y eso iba en detrimento de su marcador y también de su confianza.

Un gesto de McBride, tras anotar un triple, que no gustaba ni en pista ni en grada elevaba el tono del encuentro y es que pese a las sensaciones y esos seis puntos anotados en el cuarto, en Würzburg se sequía creyendo (42-52).

Tras permitirse el lujo de descansar durante todo el tercer, Collier entraba en el último parcial fresca como una lechuga para dirigir las operaciones de su equipo, que ahora ya sí atacaba sin presión, más cómodo y sin problemas para agotar segundos. Enfrente, herido, Avenida defendía su vida como gato panza arriba y con un triple de Carter y una canasta de Koné ponía el 51-63 a cinco del final. Triple de Carter a tres del final que fue el último aliento de esperanza antes de que Milic aprovechando una asistencia de la pesadilla que fue Onar en el segundo tiempo volviera al +10. Un triple de Lucía Rodríguez, a la que Martínez compensó su trabajo, ponía el 62-68 y aun dio tiempo a que un colegiado la liara, Avenida tuviera otro ataque con nuevo intento triple de Rodríguez, que esta no vez no entró que si no... Leo Rodríguez sí que acertó y puso el 65-69 a 20 segundos del final porque si se sueña sin límites se hace hasta el final.

Teresa Sánchez
tribunasalamanca.com