Uni hace oficial el regreso a la dirección deportiva de una figura imprescindible para el club y confirma el cambio de rol de Laia Palau, este año, asistente de Íñiguez
Dos años y tres meses más tarde, Pere Puig, seguramente uno de los nombres propios más importantes de la historia del Uni Girona, vuelve a tomar las riendas de la dirección deportiva. Puig no es solo uno de los fundadores, sino la persona que ha hecho posible que hayan defendido el escudo de la entidad jugadoras como Sonja Vasic, Núria Martínez, Marta Xargay o Laia Palau. Precisamente, la barcelonesa es quien da un paso al lado, después de un balance negativo en cuanto a resultados. Bajo su mandato, Uni no ha llegado ni a ningún final de la Liga ni de la Copa de la Reina y tan sólo ha levantado una Supercopa, en el primer partido de su etapa. A su favor, cabe decir que la plantilla no es la que era: las estrellas del pasado ya no existen, y hubo una plaga de lesiones. Se ha intentado consolidar un proyecto que se ha llevado a dos entrenadores: Bernat Canut y Laura Antoja. El regreso de Íñiguez es la nueva apuesta, consensuada con Puig, que nunca ha dejado de apoyarle y hacer lo que hiciera falta por la entidad. Este curso, el vitoriano tendrá en Palau en el banquillo, como asistente.
«Me siento muy involucrado»
«Con la petición que me ha hecho la junta directiva acepto el reto de volver a ser el director deportivo del club», confesaba Puig, en un comunicado emitido en las redes sociales de Uni. «La petición de Roberto de que Laia formara parte del cuerpo técnico dejaba esa posibilidad abierta. Después de dar vueltas con el club hemos decidido que volviera a asumir esa categoría. No he estado desvinculado y he ido colaborando con Laia. Por tanto, desde el mes de junio, que ya sabíamos todo esto, he ido ejerciendo un poco esta tarea sin el nombramiento. Me siento muy involucrado en el proyecto. Contento de volver», añade. Puig es, pues, responsable directo del vestuario 2024/25, que tendrá la difícil misión de salir de una travesía que está durante demasiado. Hasta ahora, esperando a que los fichajes de Natasha Mack y Maya Caldwell funcionen, la pretemporada ha dejado un mal sabor de boca: un 2-4 doloroso, pero aún más las sensaciones contra dos rivales directos, Cadí y Estudiantes, que no sufrieron nada para superarlos.
Este cambio se añade a los realizados durante el verano, en busca de soluciones para dar la vuelta a la dinámica negativa. Íñiguez, en su última comparecencia, alababa el esfuerzo del club, consciente de que la situación económica tampoco es la que era. Actualmente, Uni Girona no está en una posición de fuerza respecto a los principales rivales de la Liga. Pero no quiere encogerse. Menos aún, si Pere Puig asume el mando.
Jordi Bofill
diaridegirona.cat/G.T.