Tras dos semanas de parón, el equipo taronja compite de nuevo con dos objetivos: sumar el quinto triunfo en liga y visibilizar todas las formas de ayudar a los afectados

 

Aunque regresar a la normalidad se antoja muy complicado tras la tragedia que azotó València hace ya más de dos semanas, la competición debe volver a la rutina de los clubes valencianos siempre que les sea posible y al equipo femenino del Valencia Basket le toca volver a vestirse de corto este jueves (20:30) ante el Celta Femxa Zorka en el partido correspondiente a la jornada seis de Liga F Endesa.

El conjunto de Rubén Burgos visita el Pabellón de Navia con una sensación agridulce por todo lo ocurrido pero también con la tarea de, mediante los partidos, dar visibilidad a las múltiples medidas que Valencia Basket, como club, está llevando a cabo para colaborar y ayudar todo lo posible a los afectados por la DANA. El conjunto vicense, por cierto, también ha querido aportar su grano de arena con una colaboración con Cruz Roja en este partido para que sus aficionados puedan realizar donaciones para ayudar a los damnificados por la DANA en la Comunitat Valenciana. Un gran gesto del rival taronja.

En lo deportivo, la principal motivación es mantener el invicto que de momento ostenta el equipo en cuatro partidos disputados de liga. Cabe recordar que tiene pendiente el choque de la jornada cinco ante IDK que fue aplazado por la DANA. Por lo pronto, para el duelo ante el Celta, Rubén Burgos tendrá que lidiar con las bajas de Cristina Ouviña y Raquel Carrera, que continúa en su proceso de recuperación de la rotura de ligamento cruzado anterior que sufrió en marzo. En la lista para el partido entran las jovenes Alicia Flórez e Irene Broncano, ambas jugadoras exteriores.

 

A los mandos de Cristina Cantero, el Celta es un rival incómodo en su propia cancha, pero a priori asequible para un Valencia Basket que pelea por cotas más altas. El conjunto gallego terminó el curso pasado en la antepenúltima plaza de liga, logrando así una meritorio y trabajada permanencia. Este último verano el trabajo en las oficinas fue intenso y con muchos movimientos. De hecho, solo Maimouna Haidara, Clementine Samson y Sara Vidal siguen en el equipo.

Hasta el momento, el inicio de competición no ha sido el esperado con un balance de 1-4, aunque esa única victoria en su casillero fue ante todo un IDK Euskotren en la J4 de la LF Endesa. En los únicos dos precedentes en la máxima categoría entre los dos conjuntos, el Valencia Basket se llevó la victoria en ambos con relativa facilidad. Para esta tercera cita tendrán que estar muy pendientes de Samanta Cooper y Maimouna Haidara, las dos principales amenazas del Celta en este inicio de campaña.

Rubén Burgos El entrenador de Valencia Basket analizó un partido muy marcado por el componente emocional de la tragedia ocasionada por la gran riada. «Nos toca volver a la competición en seguramente la semana más complicada de nuestras carreras deportivas y en nuestras vidas y sí, lo hemos vivido de cerca. Todos los valencianos tenemos familiares, conocidos, tenemos cosas en común con esta zona y muy sensibilizados.

El club desde el primer día ha facilitado sus instalaciones y sus medios materiales y personales para ayudar en lo más importante que son las vidas humanas y a partir de ahora, la vuelta a la normalidad. Hay que levantarse, hay que ayudarnos unos a otros y estar con quien lo necesita. El club ha tenido varias iniciativas y creo que todas muy acertadas y necesarias. Nosotros pues vamos a intentar pues poner nuestro granito de arena, que la vuelta a la competición sirva para para visibilizar la situación, para transmitir ilusión a la gente de Valencia, a la gente que ha tenido pérdidas e intentar ser un motivo de orgullo, pues por lo que representamos creo que es lo que está en nuestra mano y lo mínimo que podemos hacer».

Raja Jarque
superdeporte.es