El entrenador del Casademont Zaragoza sorprendió con esta curiosa decisión en el partido contra el Fenerbahce. Él mismo se encargó de explicarlo en la rueda de prensa posterior.
Los últimos segundos de la derrota del Casademont Zaragoza contra el Fenerbahce desembocaron en una curiosa decisión del entrenador del conjunto aragonés, Carlos Cantero. A falta de solo cuatro segundos para la conclusión del partido, con su equipo 14 puntos abajo y ya sin opciones de conseguir la victoria, el técnico sorprendió solicitando un tiempo muerto que, aparentemente, no tenía ninguna utilidad.
La petición dejó perplejo a más de un aficionado en el pabellón Príncipe Felipe. También a la entrenadora rival, Valérie Garnier, que ya incluso se dirigía hacia el banquillo aragonés para estrechar la mano con su homólogo en el Casademont Zaragoza.
La decisión de Cantero, tal y como él mismo explicó una vez finalizado el partido en la rueda de prensa, se debía al deseo del técnico por ganar el último parcial del encuentro. Las locales perdían ese cuarto final 19-21, por lo tanto todavía tenían opciones de llevarse ese reconocimiento si anotaban una acción de tres puntos, como así sucedió.
Tras el último tiempo muerto, Meesseman cometió falta personal sobre Mawuli mientras la japonesa ejecutaba un lanzamiento triple. El tiro no entró, pero permitió que la jugadora del Casademont Zaragoza dispusiera de tres lanzamientos libres. La ala-pívot convirtió todos y cumplió así con la misión de Cantero (22-21).
"Igual no se entiende que haya pedido ese último tiempo muerto a falta de un segundo. Yo lanzo a las jugadoras el mensaje de que tienen que competir cada cuarto, y yo ese último cuarto lo quería ganar. Me da igual ir 15, 16 o 2 abajo. Si puedo hacer una jugada en dos segundos para un triple, me la juego. El mensaje es ese. Igual que he criticado alguna vez que no se ha seguido el plan, he disfrutado entrenando al equipo a pesar de la derrota", reconoció el técnico madrileño.
"Me joroba perder, pero al final ese enfoque que hemos hecho de que cada 10 minutos fuera un partido nuevo… oye, pues hemos ganado tres. Me voy contento porque hemos ganado tres de cuatro, evidentemente el resultado es otro. A mí me sirve más el mensaje de haber ganado 3 de cuatro cuartos, que cualquier otra filosofía", apostilló.
Javier Oliván
foto: Rubén Losada
heraldo.es