El rendimiento del equipo preocupa en el club tras aumentar un 30% el gasto en la plantilla
La derrota del pasado domingo en Girona (108-59) ha disparado las alarmas en el Celta Femxa Zorka. Y no por perder el partido, que al fin y al cabo era lo más probable teniendo en cuenta que las celestes visitaban al líder invicto de la Liga Femenina y, además, sin una de sus mejores jugadoras, Samantha Cooper. La preocupación no viene del qué, sino del cómo. El equipo celeste sobrevivió la temporada pasada -la de su regreso a la élite después de once años en la segunda categoría- gracias a una férrea defensa y al dominio del rebote y, aun así,tuvo que esperar a la última jornada para salvarse.
La marcha de Murjanatu Musa -una consumada reboteadora- no es fácil de cubrir, pero, además, el Celta ha perdido en este principio de curso la agresividad defensiva que ha caractertizado siempre a los equipos de Cristina Cantero y, aunque lleva una victoria más que la campaña pasada a estas alturas -su balance era 1/8 frente al 2/7 actual-, las sensaciones son muy diferentes porque hace un año competía casi todos los partidos hasta el final y ahora ha sido ampliamente superado por el rival en varios encuentros. Y todo ello, después de modificar profundamente la plantilla el pasado verano -sólo quedan tres jugadoras del curso 2023/24- y de aumentar el gasto en las componentes del primer equipo pensando, precisamente, en vivir una liga más tranquila.
“Es un horror. Porque en pretemporada todos pensábamos que iba a ser mucho más plácido. Subimos un treinta por ciento el presupuesto de la plantilla en relación con el año pasado, pero parece que no es suficiente. Y para nosotros es un sufrimiento enorme el hecho de haber subido el presupuesto de la primera plantilla y no ver resultados”, afirma el presidente del club vigués, Carlos Álvarez, que considera que “lo que no puede ser es dejarse llevar y que te metan de 49 puntos, como el otro día, porque tenemos una afición detrás a la que hay que respetar y necesitamos gente que lo dé todo”.
Álvarez analiza que, en Girona, “conseguimos 21 rebotes y ellas 38, una diferencia abismal, y para nosotros la defensa y el rebote son fundamentales. El año pasado teníamos a Musa, que los cogía todos, pero la defensa es una cuestión de trabajo y de no venirse abajo”. En este sentido, el presidente señala que “hay una jugadora de 19 años, como Haidara, que hay que ver cómo tira del carro. Si todas tiraran como ella… Porque el problema es que tenemos cuatro jugadoras que van muy bien -Haidara, Tadic, Cooper y Clem (Samson)- y cuando hay que hacer las rotaciones es cuando se ven las diferencias”.
El Celta Femxa Zorka recibe mañana (20:30, Navia) al Zaragoza, un equipo de la zona media-alta, y el próximo sábado afronta un duelo trascendental en la pista del Ensino lucense, colista y rival directo en la lucha por la permanencia. “Si pudiéramos rascar algo mañana… Es difícil, tal como están los ánimos, pero esperamos que pueda venir la gente porque necesitamos el apoyo de la afición para poder ganar los partidos. Hay veces que el equipo se viene abajo y es la gente la que lo levanta”, indica Carlos Álvarez, que ve todavía más importante el choque del fin de semana en Lugo: “El partido del sábado, para nosotros, es a vida o muerte. Es un club que queremos mucho, pero en estos momentos tenemos que mirar por nosotros mismos. Esperemos que Cooper vuelva bien y que ahora que Sila y Lucía Gutiérrez están funcionando un poco mejor lo podamos sacar adelante. Pero necesitamos defender y rebotear como sea".
Javier Campa
atlantico.net
foto: David Subirana