El duelo es efímero en el deporte. El calendario acumula tantos partidos que hace poco tiempo para asimilar una derrota mayúscula.
Después de la cruda eliminación en Europa, el Spar Girona sólo tenía dos opciones: empeñarse y que la derrota en Lyon le acompañara demasiado tiempo, o utilizar el tropiezo para que el vestuario hiciera filas y multiplicara por mil su motivación de cara a lo que resta de temporada. Uni ha escogido esta segunda alternativa y le ha tocado a la Penya pagar los platos rotos. El derbi de hoy en Fontajau ha sido monopolizado por las gerundenses de principio a fin. Exhibición mayúscula de un equipo que se ha zampado a otro y que le ha ganado en todas las facetas. Ha corrido, y mucho, Uni, desde el primer hasta el último minuto. Ha atacado con sensatez y acierto; ha defendido con uñas y dientes. La victoria ha sido coral, porque todas las jugadoras han acabado anotando. Y se ha hartado de coleccionar triples. Todo esto, sin respuesta. Porque la Penya ha notado muchísimo la baja de Coulibaly, su palo de pajar y una de las mejores jugadoras de la Liga. Sin su faro, ha navegado perdido el equipo de Jordi Vizcaíno, incapaz en todo momento de detener un alud que ha barrido con todo lo que ha encontrado por el camino.
Porque el derbi ha quedado visto por sentencia en breve. Por parte de las de casa, han sido más de 30 puntos anotados en el primer cuarto y tan sólo 8 puntos recibidos. En el descanso, 55 puntos, 9 triples y 21 rebotes (más del triple que el rival) a favor. Todas las jugadoras que habían tenido minutos hasta entonces habían anotado, salvo Carolina Guerrero (lo ha conseguido en el tercer período). 84-2 de valoración, con uno y otro equipo en los vestuarios, recibiendo consignas para encarar el tercer acto. Los números, espectaculares. Las sensaciones favorables, síntoma inequívoco de que Uni había superado la derrota reciente en Lyon. Ha salido como un huracán, a comerse el mundo, y se ha comido la Penya más bien de lo que todo el mundo había previsto. El cinco inicial ha sido una apisonadora que no ha dado tregua. En menos de 5 minutos y con 14-2 en el marcador, Jordi Vizcaíno ha tenido que pedir tiempo muerto. No había manera de detener a las gerundenses, que sacaban petróleo de casi cada ataque y eran un muro detrás. De nada ha servido la charla, porque la dinámica se ha mantenido e incluso ha ido al alza. Los triples caían como si nada y la diferencia se fue más allá de los 20 puntos muy pronto. 32-8 para cerrar el primer período.
Con las rotaciones, ha terminado llegando la pausa. El paréntesis. Tampoco demasiado largo, eso sí. Algún malentendido en ataque, también alguna pérdida absurda. Pero ni así el Joventut ha tenido ánimo para reaccionar. No sabía cómo, no disponía de argumentos para acercarse. Sin Coulibaly pierde muchísimo al equipo verdinegro. En ataque, en defensa, en el rebote. Todo. Y nadie ha habido que se pusiera la rana de trabajo para sustituirla dignamente. Esto lo ha aprovechado el Spar Girona para, sin miramientos, llevar el partido allá donde quería. Con el 35-15, volvieron a la pista Mack y Lundquist, dos titulares, mientras que también entró Ainhoa López, que pronto vio canasta. A falta de poco más de 4 minutos por el descanso, la diferencia ya se iba más allá de los 30 puntos (46-15). No encontraba la Penya soluciones. La velocidad del Uni era altísima: moviendo la pelota y corriendo por el parqué. Arriba y abajo. Atacando y defendiendo. Lundquist imponía un ritmo frenético, Mack era gigante en la pintura y los recursos ofensivos eran ilimitados.
Se esperaba que, pasado el descanso, la Penya reaccionara. O al menos lo intentara. No le quedaba otra opción, si quería arreglar un panorama que, hasta entonces, pintaba muy negro por sus intereses. Chloe Bibby, por si las moscas, ha apagado cualquier tipo de resurgimiento con 7 puntos consecutivos (62-22). Cierto es que el conjunto de Badalona se ha animado y ha encontrado cesta con algo más de facilidad que hasta entonces. Nada que fuera para lanzar cohetes. Pero después del 73-32, con Rebeca Cotano recibiendo sola y con tiempo suficiente para firmar una cómoda bandeja, Jordi Sargatal ha intuido que algo no iba como él quería. Tiempo muerto y abucheada a las suyas. Para mantener el tono, la intensidad. Y ha funcionado, porque el rumbo no se ha desviado en ningún momento. El último cuarto ha servido para constatar lo que se había visto hasta entonces. Que Uni ha digerido la eliminación europea y ha escondido el drama en el cajón. Que tiene ganas de juerga, de reivindicarse y de luchar por lo que queda. Y que dispone de una plantilla amplia, con mil y un perfil distintos. Porque con todo dato y bendito y aún minutos por delante, la joven Berta Ribas se ha sumado a la fiesta. Con minutos y puntos (ha hecho 6). Buen momento para que jugadoras clave, como Bibby, descansaran. Para que Ainhoa siguiera recuperando sensaciones (ha terminado con 7 puntos y 16 de valoración). Y para que Fontajau se lo pasara en grande.
Carles Rosell
foto: David Aparicio
diaridegirona.cat/G.T.