La pívot viaja a Francia para jugar mañana el último partido de la Euroliga aunque desde el club no dan por asegurada la continuidad de la maliense más allá de la cita ante el Bourges

Nainougma Coulibaly tenía previsto viajar esta mañana hacia el centro de Francia, donde mañana el Spar CITYLIFT Girona juega en la pista del Bourges su último partido de la fase de grupos de la Euroliga en una cita que puede abrir al equipo de Miguel Ángel Ortega jugar los cuartos de final de la Eurocup. La presencia de Coulibaly en Bourges no se confirmó hasta ayer, cuando la pívot se entrenó con el resto del equipo y aseguró que "se quedaba en Girona", descartando así la posibilidad de que se había abierto en San Sebastián que dejara el equipo esta misma semana aprovechando una cláusula de salida de su contrato. La decisión de la pívot de Mali sirvió para aplazar el problema más inminente, ir a Bourges sin ella, Lucas y Carbón habría dejado Ortega con sólo siete profesionales para jugar en Bourges, pero no destierra la complicada asimilación de Coulibaly a las exigencias tácticas y de cohesión de grupo que impone Miguel Ángel Ortega.


Ortega comenzó entusiasmado con la llegada de Coulibaly, por su intensidad en el juego y la lucha por el rebote, pero poco a poco la pívot ha ido perdiendo la confianza de Ortega penalizada por las pérdidas de concentración y por su pobre fiabilidad táctica. Tanto en ataque como en defensa. Hace semanas, que el técnico del Spar CITYLIFT Girona opta por las dos lituanas, Lina Pikciute y Vita Kuktiene, como juego interior para comenzar los partidos. En San Sebastián, en la semifinal contra Perfumerías Avenida, Coulibaly hizo la quinta falta a pocos minutos para terminar y en el tramo final de partido del Uni tuvo problemas para controlar el rebote ofensivo ante la fuerza de Vanessa Jedda. Preguntado, posteriormente en la rueda de prensa si sin esta quinta falta de Coulibaly el equipo habría tenido más opciones, Ortega soltó: "Y quizás si ella no hubiera jugado habríamos ganado".


Nainougma Coulibaly aterrizó en Girona con un contrato muy habitual en el Uni: sueldo relativamente bajo pero cláusula de salida a favor de la jugadora, y del club, hasta una determinada fecha. En este caso es justo cuando se acaba la fase de grupos de la Euroliga y, por tanto, Coulibaly aún podría jugar mañana en Bourges y luego dejar el Uni por voluntad propia. La posible salida de Coulibaly obligaría Uni buscar una nueva pieza para las ocho jornadas de Liga, más los probables play-off, ya que a Miguel Ángel Ortega sólo le quedarían tres jugadoras interiores: Pikciute, Kuktiene y Spanou, que también juega minutos por fuera

Marc Verdaguer
foto: A. Resclosa
diaridegirona.cat