Paco se acordaba de todo, del resultado, de los puntos que habíamos metido, la diferencia, de… yo no me acuerdo mucho". Susana García Senra, capitana céltica en el primer título copero del baloncesto femenino vigués (3 de mayo de 1981, As Travesas)
Susana empieza recordando a un técnico "que siempre fue muy especial para mí". Una maldita enfermedad se llevó a Paco Martínez hace tres meses. El entrenador vigués fue el primero en ganar la Copa de la Reina. El Comansi caía por fin.
A la cuarta fue la vencida. Antes, el Celta había perdido tres finales consecutivas contra el Picadero, en 1978 (León, 62-55), 1979 (Badalona, 64-54) y 1980 (Alcalá de Henares, 83-82). La última, la más dolorosa, porque con ese resultado y a 15 segundos de la conclusión, Susana García erraba los dos tiros libres del triunfo.
40 años después, el primer pensamiento, la primera frase de aquella fantástica base zurda que guió a las célticas a la victoria es para 'Paquiño'. El técnico había llegado en abril de 1979 con la intempestiva marcha de Enrique Benedicto 'Chachi', ganador de la Liga y que se fue antes de la Copa. Paco llevaba dos finales perdidas, pero en el Central las celestes no fallaron.
Y eso que la situación de aquel título era complicada. El Celta, con Luis Fernández Castro como delegado de la sección de baloncesto, había logrado que Citroën Hispania patrocinase al equipo femenino. Un bombazo. Con todo, la Liga se había perdido en el Palau (70-60) semanas antes. El club poseía ya dos campeonatos ligueros (76/77, 'Cholas', y 78/79, 'Chachi'), pero su rival barcelonés mandaba de nuevo. "Recuerdo aquellos duelos porque era una época muy emocionante. Fueron unos años maravillosos y con muchísimo público, no se veían las escaleras de las gradas. El plan del vigués cada domingo por la mañana era ir a ver al Celta", apunta Susana García.
Así había sido hasta ese momento. Pero en esa fase final de Copa la afición no respondió: 2.500 en las gradas, con los fondos vacíos. Y en aquel tiempo el coliseo vigués, con fría grada sin asientos, podía albergar unos 6.000 espectadores.
El conjunto vigués, que había abonado 150.000 pesetas para organizarla -un pastón-, llegaba en una situación anímica extraña. Maribel Lorenzo, excéltica y en el Mercantil en Segunda, había fallecido días antes (22 de abril). El sistema copero tenía trampa: dos grupos de tres equipos y a la final el mejor de cada grupo. Si pinchabas un partido, adiós. Las viguesas tumbaron a Donosti primero (76-56) y Complutense después, sufriendo (69-60); el Comansi, a Canoe (71-69) e Iberia (85-51). Los dos favoritos se habían metido en el choque decisivo con susto.
Tocar metal en casa
Y en la final, las anfitrionas empezaron abajo (4-6), igualaron (14-14, min. 10) y después mandaron (34-24, 45-37 al descanso). Las cosas se pusieron feas (51-50, min. 25), pero el Celta dominó los tableros y, con Paíno en 22 puntos, Juana Ingelmo y Sole Granados en 16 cada una y 11 de Susana, los 22 de Rosa Castillo y 14 de Fina García quedaron neutralizados (79-58). Manuel Soto, alcalde de Vigo, entregaba la copa a Susana García. "Cuando empezamos Ángeles Liboreiro y yo el Comansi ganaba, pero poco a poco fuimos subiendo". Ellas abrieron el camino.
En aquel primer domingo de mayo, Ángeles Araújo, juvenil (17 años), aportaba 7 puntos y levantaba su primer trofeo. De hecho, también vivió los otros títulos del torneo del KO: Ferrol 82 y Santiago 84.
¿Cuál es la primera imagen de Araújo sobre aquella gesta cuatro décadas más tarde? "Juventud. Una bonita forma de empezar mi carrera deportiva, acompañada de un grupo de personas increíbles, las cuales ahora ya no están", afirma. La viguesa Carmen Martínez, fallecida en 2015, jugaba ese año en el Complutense aunque después volvería a coincidir con Ángeles. Sole Granados falleció a principios de los 90.
Aquel trofeo no sirvió para la renovación de Martínez. Fernández Castro preparaba una revolución con Nacho Polo y una plantilla de postín. Después llegaría el doblete, la final perdida de Guadalajara casi como Yugoslavia perdió en el Mundobasket de 1986 su semifinal con la URSS. Muchas historias, muchas finales, muchos títulos de cuando Vigo dominaban el país.
A.M.
atlantico.net