Regina Aguilar (Sant Quirze, Barcelona 1997) es una de las protagonistas del buen inicio de temporada del Celta Zorka Recalvi. En su primer año en Vigo, disfruta de la experiencia y el equipo y asume, sin problema, un rol principal.
Con sólo 25 años, ya tiene experiencia entre el Barcelona y Suecia. ¿Se siente referente dada la juventud del equipo?
Lo de la experiencia depende de con quién te compares. Ahora mismo, somos de las veteranas Cliney, Anne y yo porque las demás son jovencitas. Tenemos que tirar de esa experiencia en la etapa sénior.
¿Cómo fueron sus inicios en esto del baloncesto?
Empecé a jugar en Sant Quirze, un pueblo chiquitito al lado de Barcelona. Después vas creciendo, vas cambiando de club y vas conociendo gente. Yo me formé entre la Get de Terrassa y Almeda, que es un equipo de Cornellá de Llobregat y finalmente pasé al Barcelona, donde estuve siete años. Es mi casa porque es donde tengo toda mi formación de sénior y donde he cogido la mayoría de experiencia.
¿Y Suecia?
Me fui el año pasado por esa curiosidad de tener una experiencia internacional fuera de casa y lejos de la familia. Crecer, no tanto en el ámbito deportivo, sino en el personal, porque es una experiencia muy enriquecedora. Y estuve un año jugando en el Vusby Ladies.
¿Cómo surgió? Porque Suecia no es un país muy de baloncesto.
Me fui porque el entrenador había estado en Barcelona. No me había entrenado pero aquello es un mundo pequeño y todos nos conocemos. Me llamó y yo quería probar algo nuevo porque siete años en un mismo club son unos cuantos. Decidí irme con él y fue un año espectacular, sobre todo a nivel personal porque estás completamente sola en un país en el que no hablas el idioma y no conoces a nadie más que al entrenador. Te involucras 100% en el inglés y la verdad es que lo necesitaba para salir de la burbujita de estar en casa de los papis. Tenía ganas de experimentarlo y se lo recomendaría a todo el mundo.
Y le llega la llamada del Celta.
Estaba en Suecia y mis objetivos personales ya los había cumplido todos con un año allí. Ya quería volver a la liga en España. Hablé con mi representante y llamó Cris. Y el Celta es un club sobre el que todo el mundo habla superbien, siempre está en la tabla por arriba y llama la atención. Además, quería volver pero a un equipo fuera de Catalunya porque sería volver al mundillo del que te fuiste y quería seguir viviendo la experiencia fuera de casa. Y el Celta para mí fue la mejor opción desde el inicio.
Además, supongo que al llamarla ya le dirían que iba a ser una jugadora importante.
El rol que tienes en los equipos es muy importante. Conoces a todas las jugadoras y al jugar con ellas sabes un poco tu papel. Cristina fue muy clara sobre lo que esperaba y confío en estar dando lo que ella espera. Estoy muy bien aquí.
Parece que siempre le ha gustado asumir: capitana en Barcelona, valentía para ir a Suecia, rol importante en Vigo… ¿Le gusta asumir peso?
Sí, me gusta jugarme los balones calientes. Ya que estás ahí, tienes que jugarlo todo y la verdad es que a mí me gusta tener este papel de veteranía con 25 años para poder ayudar a las más jovencitas porque creo que les puedo dar una visión diferente. Porque soy veterana pero las entiendo porque estoy cerca en edad. Si tienes 32 y ellas 18, a nivel social y fuera de pista puede haber más distancia. Pero al tener 25 y 20 es suficiente para poder enseñar cosas dentro de la pista pero también corta para estar bien fuera de ella.
Dan esa sensación de lucha y de grupo unido.
Somos prácticamente todas nuevas, así que imagínese lo importante que es que fuera de pista haya un buen grupo. Se nota muchísimo. De hecho, si se ve nuestro primer partido y cómo jugamos ahora, nuestro a nivel ha subido muchísimo en apenas mes y medio. Y eso, aparte de por las horas de entreno, que metemos unas cuantas, es por esa unión fuera de la pista.
¿Están contentas de cómo rinde el equipo?
Muy contentas. Hemos perdido sólo tres partidos y dos de ellos contra los dos de arriba y compitiendo. Son encuentros de cara y cruz, con finales igualados y que salieron para ellas. Pero ya el de Alcobendas salió para nosotras. El que perdimos contra Cáceres sí dolió un poquito más porque justo era el primero de Liga y se notó que nos faltaba rodaje.
¿Partiendo de la defensa?
Cristina se centra mucho en la defensa y, al ser un equipo joven, podemos presionar y ser guerrilleras. Al jugar esos minutos clave en ataque nos pueden salir más cruces que caras al ser tan jóvenes. Entonces, la entrenadora quiere machacar más la defensa y sacar los partidos a partir de ahí porque talento tenemos y sabemos que el ataque va a salir. Pero donde se tiene que currar siempre es en la defensa. Ahí no hay excusas. Ni de cansancio ni nada.
¿Le ha tocado asumir más protagonismo en el tiro por la lesión de Laura Prats?
Laura es una pieza muy importante de nuestro equipo, pero estas cosas pasan en el baloncesto. A mí me pasó hace tres años y es más común de lo que parece. Pero Laura sigue siendo una parte clave del grupo, siempre nos apoya. En lo del rol, te vas adaptando un poco a las lesiones y a lo que te pida la entrenadora. A mí si me ponen en el 1 o en el 2, estoy contenta. Mientras pueda aportar al equipo, yo feliz.
¿Pero se fija un objetivo en cuanto al rendimiento en el tiro?
Invididualmente, hablas con los entrenadores y les preguntas qué esperan, qué quieren de ti, qué tienes que hacer. Así, te marcas expectativas propias y está claro que teniendo una baja como Prats, que era la exterior potente, entre todas tenemos que dar pasitos adelante. Lo que sí me marco yo es ser un poco más regular a lo largo de la Liga, porque tengo algunos partidos más flojitos. Hacer partidos en los que pueda aportar en muchos aspectos mejor que meter un día 25 puntos. Ganar en esa consistencia.
En lo colectivo, ¿el objetivo irrenunciable es la fase de ascenso?
Cuando se plantea una plantilla como ésta, joven pero con muchas ganas, ya te marcas objetivos a largo plazo. Es verdad que nosotras pensamos, y creo que el club también, que el objetivo es llegar a la fase, porque es lo que el equipo lleva haciendo muchos años. Una vez allí, son partidos muy complicados en pocos días. Y a final de temporada, ya no es tanto si eres mejor o peor, sino el estado en el que llegas.
¿Ve al alcance de la mano esa meta?
Sí. Cada semana veo al equipo mejor, no paramos de crecer. Si hoy en día ya competimos contra equipos de arriba, al final también vamos a estar ahí. Por eso creo que estaremos ahí.
Y en fases tiene experiencia. Incluso, siendo decisiva ante el Celta en un gran último cuarto…
Aún me lo recuerdan. Nos tocó ese primer partido contra el Celta y fue de esos que se iluminan y empiezas a meter, a meter… Remontamos y nos llevamos el partido.
¿Cree que fue ahí cuando dijeron: hay que fichar a esta chica?
Bueno, ya llevaba unos cuantos años jugando contra ellas. Ya me conocían. No sé cómo fue el proceso de fijarse en mí, aunque supongo que cuanto haces partidos así y más en una fase, llamas más la atención a los clubs. Pero supongo que sería un cúmulo de cosas.
Seguro que también anotará esos triples en la fase de esta temporada.
Seguro. Se los puedo devolver
Santi Alonso
atlantico.net