El estado de salud de la jugadora del Miralvalle ha pasado de ser «crítico» a «grave» tras el golpe que sufrió en el partido de este sábado.
La afición al baloncesto en Plasencia sigue en vilo por el estado de salud de Ángela Jiménez. La jugadora del Miralvalle sufrió un golpe durante el partido ante el Alcorcón y, en cuestión de minutos, un encontronazo sin importancia se convirtió en una situación de extrema urgencia. Tras desvanecerse sobre el parquet, ser desalojado el pabellón y ser sometida a una reanimación por los paramédicos, fue trasladada al Hospital Virgen del Puerto. El TAC detectó que sufría un hematoma intracraneal que requería una intervención quirúrgica urgente. Esa operación tuvo lugar la pasada madrugada en el Hospital Universitario de Cáceres y, en principio, ha resultado exitosa y la jugadora se mantiene estable.
«La jugadora de baloncesto, herida ayer con un traumatismo craneoencefálico, fue atendida en el Hospital Virgen del Puerto de Plasencia, pero finalmente fue trasladada al Hospital Universitario de Cáceres, donde ha sido intervenida. Ahora permanece en la UCI con pronóstico grave·, informan desde el Servicio Extremeño de Salud. Es decir, su pronóstico ha pasado de ser «crítico», en la medianoche del sábado», a «grave», en el mediodía de este domingo.
Ese encontronazo sucedió a las 06.08 del descanso. Ángela Jiménez botaba el balón mientras trataba de meterse en la pintura. La defendía la lituana Dovile Milauskaite. En un momento, la cabeza de la jugadora del Alcorcón chocó con la mandíbula de Ángela Jiménez y uno de los árbitros señaló falta personal de la jugadora visitante.
Rápidamente, Ángela Jiménez se llevó las manos a la cabeza, con las manos sujetando ambas sienes, pero eso no impidió que se reanudara el juego. Se secó el sudor y dio el visto bueno para seguir en el partido.
En ese momento ya sufría un traumatismo craneoencefálico. Lo malo es que el minuto siguiente fue de ida y vuelta, sin parones para poder comprobar su estado de salud. En cada jugada, a Ángela Jiménez le costaba más correr y bajar a defender y, en el último ataque del Alcorcón, cruzó los brazos pidiendo el cambio. Desgraciadamente, el juego no paraba y, en un nuevo acompañamiento al ataque del Miralvalle, a 05.01 del descanso, no pudo seguir, hincó la rodilla y se tumbó en el parquet.
Nadie relacionaba su desfallecimiento al golpe que sufrió un minuto y medio antes, pero sus signos de salud no anticipaban nada bueno. Jugadoras y fisios trataron de mantener libre su vía respiratoria mientras llegaba la ambulancia del 112.
J.C.Ramos
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