Tan solo tiene 20 años. Apenas una cría. Sin embargo parece llevar toda una vida de celeste. No es canterana, pero casi. Es capitana. O era. Porque Ainhoa Lacorzana se marcha del Celta Zorka Recalvi tras cuatro temporadas en las que ha vivido experiencias de todos los colores salvo una: el tan ansiado ascenso a Liga Femenina 1.

 

La escolta sevillana llegó a Vigo como estrella incipiente. Como el futuro del baloncesto español, tras ser internacional en categorías inferiores. Pero las lesiones se cruzaron en su camino. Y en sus rodillas. Lacorzana ha sido operada de ambas en su estancia en Vigo: de una rotura de cruzado en la izquierda, hace tres años; y del menisco en la derecha, el pasado mes de diciembre, para solucionar definitivamente unas molestias que la llevaban acompañando demasiado tiempo.

Pese a esa intervención, la sevillana ha sido capaz de disputar 19 partidos este curso -17 de liga regular y 2 de fase de ascenso-. En ellos ha promediado 4,3 puntos, 2,4 rebotes, 1,5 asistencias y 17:51 minutos por encuentro. Pero su aportación va más allá de lo numérico. Su polivalencia le ha permitido jugar en cualquiera de las tres posiciones exteriores y a veces incluso ha ayudado jugando de 4. Todo ello junto a una importante ascendencia sobre el grupo como capitana.

"Han sido cuatro años largos, intensos, nada sencillos. Son muchos recuerdos. Has reído, llorado, crecido, disfrutado y nos has hecho mejores. De celeste, en esta tierra y en este club", rezaba el comunicado mediante el cual la entidad viguesa anunció la marcha de Lacorzana, a la que le desea lo mejor en su nueva etapa. En los próximos días se sabrá el destino escogido por la sevillana para continuar con su carrera.

atlantico.net
foto LOKOS X EL BALONCESTO FEMENINO