El baloncesto le ha cambiado la vida. Empezó como un deporte más y ahora es la razón por la navarra de 22 años y su familia luchan cada día

 

Hace siete años Beatriz Zudaire recibió la “oportunidad” de su vida. La Fundación Vital le quiso en su equipo de baloncesto y desde entonces no ha parado de acumular títulos, experiencias y aprendizajes. En diciembre se alzó con el bronce en el Campeonato de Europa con la selección española y en 2021 debutó en Tokio.

¿Está en su mejor momento?
Sí. He podido trabajar a nivel físico, psicológico y nutricional. Estoy en uno de los momentos más completos, aunque lo mejor todavía está por llegar.

¿Cómo vivió el bronce con la selección española?
Ha sido lo más bonito. Llegamos al Europeo en un momento diferente, con covid. Habíamos aterrizado después de Tokio en nuestros equipos y de repente tuvimos que parar por el Europeo, mentalmente estábamos muy centradas en competir, pero no con la selección. La concentración fue de una semana y todo era raro, jugamos conscientes de que el deporte no era lo más importante, era la salud. Peleamos como se pudo, incluso con mascarillas, y salimos a dar lo mejor de cada una, no había otra opción.

Debutó con un nuevo entrenador.
Sí, nuestro seleccionador de Tokio se quedó con los chicos. Yo ya conocía a Adrián Yáñez, nos habíamos concentrado alguna vez con él, y nos unimos mucho. Cada una venía de un equipo y aterrizamos con un cuerpo técnico nuevo, pero sin conocernos jugamos un partido glorioso.

¿Otra cita con la selección?
El Mundial en Dubai en noviembre. No sabemos cómo será la preparación, intuyo que en verano y los días previos al campeonato.

¿Cómo está viviendo su cuarta temporada con el UCAM Murcia?
Más complicada de lo que esperaba. Me estreno en una categoría en la que nunca había tenido la oportunidad de jugar. Hemos ascendido a División de Honor y todo es más nuevo, más profesional. En lo deportivo está siendo bonito, me encanta el ritmo de la competición, te requiere mucho, pero puedes disfrutar más del basket.

¿Cómo se prepara?
Con mi psicólogo deportivo trabajo la presión y lo que influye en mi trabajo y bienestar. El trabajo físico lo hago yo y la nutrición también, gracias al Comité Paralímpico, que durante los JJ.OO nos proporcionó un servicio que me asesoró.

¿Quiénes son sus apoyos allí?
Mi pareja, Joaquín, que juega conmigo, con él vivo muchas experiencias. También mi mejor amiga, Lourdes Ortega, la conozco desde los catorce años. Siempre hemos compartido habitación y ahora se cumple una temporada y media desde que está en mi equipo. Tampoco podría olvidarme del resto de personas del club, ya son mi familia, hemos creado un grupo con el que es fácil vivir, no podría renunciar a ello.

En 2016 dijo que ir a los Juegos Olímpicos era su sueño. Ahora que lo ha cumplido, ¿le quedan más metas?
Volver a otros. Hemos vivido unos JJ.OO increíbles en Tokio, fuera de casa, y un país que organiza todo de manera espectacular, pero sin público. No es que lo necesitemos, porque somos un deporte acostumbrado a no tenerlo, pero siempre hemos tenido a la familia cerca y siento que cumplí mi sueño, pero sin ellos. Se me quedó grabado.

¿Ha pensado en París 2024?
Sí, aunque como cada año tenemos una competición es complicado centrarse en un objetivo a tan lejano. Sería muy bonito porque está más cerca de casa, aunque es un reto muy complicado. El número de plazas para Baloncesto en Silla de Ruedas se ha reducido con respecto a otros años y si lo consigo sería el broche de oro a mi carrera deportiva.

¿Cuál ha sido su mayor logro?
A nivel grupal los JJ.OO, pero personalmente el Europeo de diciembre. Ahí conseguí disfrutar en pista en un nivel en el que me sentí más cómoda que nunca. Pude ser yo, independientemente de los puntos, y eso no se paga con nada. La fortaleza que tuvimos para conseguir ese bronce ha sido una de los mejores sensaciones.

¿Qué le motiva?
El baloncesto como tal. A mí me gusta ese deporte, el poder sentarme en la silla y saber que todavía puedo mejorar y disfrutar es una pasada. No paramos de vivir experiencias, sobre todo en la selección, tengo tantos momentos que ni me acuerdo.

¿Cómo ha sido el camino?
Complicado. He pasado por situaciones difíciles y que he tenido que superar sin mi familia. Renuncias a algunas cosas, estar sin mis abuelos, por ejemplo, ha sido doloroso para mí, pero cuando me siento en la silla lo disfruto.

¿Qué le parece la iniciativa de su familia de crear el club deportivo de Baloncesto en Silla de Ruedas en Navarra?
Es increíble, hacía falta algo así. A mí no se me va a olvidar nunca la oportunidad que me dio el club de Vitoria, me dieron una forma de vivir, y que mi familia haya creado algo así, con el objetivo de transformar la vida de alguien, es una pasada. Les dan la oportunidad de vivir la discapacidad de forma diferente.

¿Sigue nadando?
No me da la vida. Hay días que me entra el gusanillo, me encantaría volver a nadar una travesía, pero hay que tener mucho tiempo y ahora no tengo nada. Además, es incompatible porque en el baloncesto buscamos que se te endurezcan las manos para que no te salgan callos y con la natación se te reblandecen.

El 8 de marzo reconocieron su trayectoria en Pamplona
Fue algo especial, cuando me lo contaron me costaba hasta creérmelo. Es emocionante que en el Día de la Mujer se acuerden de una joven de 21 años que está viviendo la vida de sus sueños.

DNI

Nombre: Beatriz Zudaire García.

Fecha de nacimiento: 8 de marzo del 2000, Barañáin.

Clase funcional: 3.0 (Física)

Logros: En natación consiguió cuatro medallas de oro y una de plata en el Campeonato de España en 2016. En baloncesto dos ascensos a la máxima categoría y 3 campeonatos de España promesas consecutivos con el Fundación Vital, en 2016 oro en el Europeo B en Italia, en 2017 quinta en el Europeo de Adeje, en 2019 se clasificó para el Europeo de Rotterdam, en 2021 séptima en los JJ.OO de Tokio y bronce en el Europeo de Madrid.

Laura Villanueva
diariodenavarra.es
foto CEDIDA