Entrenadores de Baloncesto. La entrevista se completa con las reflexiones de Anna Junyer
¿Cómo se adapta un entrenador con tantos años de ejercicio a un cargo más allá del banquillo?
Con la lógica fase de reubicación, pero bien. Al fin y al cabo, es baloncesto, y algunas de las funciones que ahora ejerzo como Director Deportivo de la FEB también las desarrollaba como entrenador, especialmente el seguimiento de jugadoras y jugadores, la planificación de campeonatos… Lo único que cambia es la perspectiva, que ahora es más general. Y para mí es un orgullo formar parte del equipo de la FEB, coordinando o dirigiendo junto al resto de departamentos de la casa. Es cierto que ya la conocía de mi etapa como seleccionador en distintas categorías, pero estar plenamente integrado es un reto apasionante, y también una responsabilidad con la que me siento muy a gusto. Es muy bonito trabajar rodeado de tanta gente que respira baloncesto las 24 horas al día, desde el Presidente hasta el último empleado.
Y si además, como este verano, se vive en el éxito, mucho más fácil…
Ni más fácil ni más difícil, pero sí con más satisfacción, sobre todo por los jugadores, las jugadoras, los equipos técnicos, por todos los que hacen posible acabar ganando una medalla, incluidos los clubs, por supuesto. Ha sido un verano fantástico, con siete medallas en el 5x5 y dos en el 3x3, y especialmente exitoso en las categorías de formación masculinas, que han rubricado el mejor verano de la historia del baloncesto español en categoría masculina. De todos modos, aunque todos estamos muy contentos por los resultados, lo más importante es mantener la línea de dar a los jugadores y las jugadoras la oportunidad de seguir creciendo.
¿Ser el único país que ha subido a los dos podios mundiales es mucho más que éxito?
Es algo histórico, por supuesto, un éxito sin precedentes para el baloncesto español. No ha sido el mismo año porque la FIBA modificó su calendario, pero sí el mismo ciclo. No lo han conseguido ni Estados Unidos, ni Australia, ni Francia, y de esto nos tenemos que sentir también doblemente satisfechos. Además, este verano ha sido la primera vez en nuestra historia que las dos selecciones absolutas se han colgado el oro, el europeo las chicas y el mundial los chicos. Pero lo que nosotros queremos destacar es que no se trata de un hito aislado, que es el resultado de una trayectoria. Al final, los rankings oficiales no engañan, no son coyunturales porque computan dos ciclos olímpicos, y es dificilísimo mantenerse en los primeros puestos durante ocho años consecutivos. Conseguirlo es la verdadera constatación del éxito.
Que hay que redondear con la Selección Femenina en los Juegos Olímpicos.
Sería sin duda extraordinario, la cuarta edición olímpica con las dos selecciones en las cinco últimas ediciones, algo también histórico. Pero las chicas van a tener que afrontar un pre-olímpico muy exigente, sobre todo por la fecha, en plena temporada, y quizás también un desplazamiento largo. Pero esta Selección se ha ganado el que confiemos en ella, en su capacidad para hacer frente a las dificultades, y estamos convencidos de que en febrero lo van a volver a demostrar.
Entrando en materia más conceptual: ¿de qué depende más el éxito, del talento generacional, de la planificación, del trabajo específico?
Lógicamente, de todo. Por supuesto que es imprescindible contar con buenas generaciones, pero la FEB tiene que ofrecerles planificación, estabilidad, continuidad… y eso sólo se consigue con trabajo. Desde el seguimiento individualizado hasta la coordinación con sus clubs, que son con quienes trabajan durante toda la temporada. Por lo que respecta a las selecciones masculinas, en los últimos años se las ha ido dotando de una concepción del baloncesto unificada, lo que facilita la continuidad y la rápida adaptación de un verano a otro. El trabajo de dirección de Sergio Scariolo y el de Alberto Lorenzo y David Soriano en la coordinación es excelente, como hemos explicado en muchas ocasiones, es un trabajo de club más que de selecciones aisladas unas de otras, de hecho, todas están interconectadas. En selecciones femeninas me gustaría destacar asimismo el gran trabajo en coordinación de Elena Lahoz y Anna Junyer, claves en los numerosos éxitos de nuestras selecciones y la formación de las jugadoras.
Y después hay que competir. Esto es lo verdaderamente importante para nosotros: competir. Y está claro que es más fácil hacerlo como resultado de un trabajo global, unificado. Cuando en verano llegan a una Selección, los jugadores y jugadoras no tienen la sensación de empezar de cero sino de continuar el camino del verano anterior. Y lo mismo les pasa a los entrenadores y a las entrenadoras, y en general a todos los equipos técnicos. De este modo todos pueden desarrollar más y mejor su talento y su espíritu competitivo.
¿Con el ejemplo de las Selecciones absolutas?
Es muy importante. Nuestros jóvenes, tanto chicos como chicas, tienen en las Selecciones Absolutas unos espejos impagables. Están creciendo viviendo y celebrando los éxitos de los mayores, pero sobre todo aprendiendo de sus valores, porque no es sólo lo que ganan sino cómo lo ganan, la importancia que le dan al trabajo en equipo, al compromiso, a la unión de lo que ellos mismos califican como una familia. Si los jóvenes ven que jugadores y jugadoras que lo han ganado prácticamente todo, que todo un campeón de la NBA es capaz de sacrificarse por el equipo para alcanzar un objetivo colectivo, no individual ¡cómo no lo van a hacer ellos para poder llegar a ser como ellos!
Decías que la visión de las Selecciones es más de club que de selecciones como tales. Los jugadores y jugadoras hablan de familia.
Habrá a quien le parezca un slogan, pero no es así, es tal y como ellos lo sienten, y de hecho la expresión es suya. Estando dentro se entiende en toda su dimensión. Muchos de los jugadores y muchas de las jugadoras en las selecciones absolutas llevan años compartiendo la camiseta de España, y su amistad va más allá, alcanza incluso a las familias, como vemos cada verano en campeonato. Sólo por poner un ejemplo, los Gasol, Navarro, Reyes, fueron creciendo juntos desde la categoría junior. Esto es algo que también propicia la continuidad en la estructura y, desde luego, hace posible que ellos, con los años, se acaben sintiendo como una familia. En la pista se nota, claro, y en la propia FEB todos nos sentimos parte de esta familia.
Visto así, repasando cada verano los podios de formación, deberíamos estar confiados en que el futuro está asegurado…
El deporte y el baloncesto no son matemáticas, y menos que en nada en esto. Los jóvenes tienen que seguir desarrollándose, creciendo, formándose, compitiendo, y después deben tener la oportunidad de dar el salto final. Y la experiencia nos demuestra que hoy en día el último paso hasta el baloncesto de élite es complicado, por muchas circunstancias. Pero nosotros vamos a seguir trabajando para intentar que cada vez lo sea un poco menos, y confiamos en que los clubs también tengan el máximo interés en conseguirlo. Lo que nadie puede discutir es que el baloncesto español compite en todos los campeonatos y categorías, que en formación estamos entre los mejores de Europa y el mundo. Es decir, que tenemos una base sólida, de calidad y talento, para seguir preparando el mejor futuro posible. Pero siendo conscientes de que nada está garantizado.
¿Todo empieza en la Academia?
El de la Academia es un trabajo fundamental en toda nuestra estructura, porque se empieza a detectar a los muy jóvenes, se les empieza a conocer, tanto individualmente como a nivel de generaciones en general ya con 12 o 13 años. En este sentido, la coordinación de la FEB con las Federaciones Autonómicas es básica, y estamos muy satisfechos de cómo se está desarrollando el proceso de trabajo conjunto entre U12 y U15. El siguiente paso es planificar el trabajo de formación a partir de esas edades para irles dando forma.
Incluso con apoyo tecnológico…
Toda herramienta que puede ayudar es necesaria, y evidentemente en la actualidad la tecnología es básica. Para el seguimiento de jugadores y jugadoras y para la planificación y preparación de campeonatos. Nuestra base de datos integrada para el scouting, la estadística avanzada, etc., está desarrollada por todos los técnicos que colaboran con FEB en las distintas categorías, de modo que el trabajo del área deportiva es continuo durante todo el año.
¿Esta estructura es la clave?
Es importantísima, sí. De hecho, son muchas las federaciones que se interesan por nuestro concepto de estructura y planificación, la mayoría además lo declaran públicamente, y muchas incluso vienen a España a solicitarnos intercambio de experiencias y conocer más de cerca cómo trabajamos. La estructura clubs-federaciones autonómicas-FEB es básica, y desarrollar el trabajo de forma conjunta no sólo ayuda a jugadores y jugadoras sino también a los entrenadores y entrenadoras que al final son quienes trabajan directamente con ellos. Y no sólo hablamos de competiciones de selecciones sino de toda la estructura competitiva, y en este sentido los Campeonatos de España de todas las categorías son la gran base de la pirámide porque permite que nuestros jóvenes empiecen a competir muy pronto y en general a desarrollar su talento, tanto individual como colectivo, antes en que en otros países. Y además, no lo podemos olvidar, el nivel de capacitación de los entrenadores españoles es también de los más elevados y reconocidos del mundo.
Por eso hay entrenadores que se van de España, también numerosas jugadoras. ¿Es un problema para su formación?
Tenemos que entender que estamos viviendo no ya en un baloncesto global sino en un mundo global, y esto incluye la posibilidad de buscar y encontrar nuevos horizontes profesionales y personales. Yo mismo viví dos etapas en Polonia, y puedo decir que seis años en el extranjero me ayudaron a crecer, como me ayudó nuestra competición. Por lo que respecta a las jugadoras jóvenes, la cuestión es compleja porque se suman diferentes intereses. Nosotros lo que hacemos es intentar aconsejarlas, advertirles de que es muy importante que acierten en la elección de su destino, porque no todo es de color de rosa, y menos si quieren compatibilizar los estudios con su formación deportiva. Ni en todas las universidades a nivel académico las convalidaciones son sencillas en la vuelta a Europa, ni tampoco en todas lo es el nivel de baloncesto, de ahí la importancia en la elección para evitar como hasta ahora los retornos precipitados o la pérdida de jugadoras para el futuro de nuestras competiciones.
Sobre todo en baloncesto femenino, siempre tenemos presente que nuestras jugadoras no son las físicamente más dotadas…
Sí, pero en realidad no sólo en categorías femeninas. También en chicos, en general, y ya sólo teniendo en cuenta nuestro entorno inmediato europeo, muchos países nos sacan unos centímetros. No es algo que nos venga de nuevo, de modo que nuestros jugadores y jugadoras están plenamente adaptados a esta carencia física, es una constante en su formación. Por eso nuestro trabajo se centra en parte en el desarrollo de todas las demás cualidades, y además la capacidad de competir no depende exclusivamente de la estatura y los kilos, eso lo demuestran nuestras selecciones verano a verano.
Desde tu cargo, ¿cuál es el próximo objetivo de la FEB?
Una de las grandes características de la visión de la FEB es el empeño en mejorar, día a día, año a año, no conformarse con lo que tenemos. Y en este sentido, desde el punto de vista estrictamente deportivo, el objetivo es potenciar todos los recursos a nuestro alcance para mantener el máximo nivel para que nuestras Selecciones compitan y para que nuestros jugadores y jugadoras y nuestras competiciones sigan creciendo.
Y por último, ¿cómo valora el trabajo que realiza la Asociación Española de Entrenadores de Baloncesto?
Para los entrenadores es muy importante tener un foro en el que compartir experiencias e inquietudes, y la AEEB siempre lo ha sido. Pero quizás lo más importante de su labor es su aportación a la formación, tanto a través de clinics y charlas técnicas como de oportunidades de intercambio de conocimientos con entrenadores de otros países y continentes.
Anna Junyer: “La colaboración con entrenadores y directores técnicos es fundamental”
¿Cómo se articula el seguimiento?
El seguimiento lo hacemos desde los campeonatos autonómicos hasta los Campeonatos de España, y por supuesto de nuestras Ligas de forma directa. Contamos con un grupo bastante amplio de jugadoras que desde la categoría U12, del que unas van saliendo, otras entrando, según su evolución. Intentamos abarcar al máximo, y donde no llega el seguimiento directo, con el refuerzo de videos.
Un trabajo de equipo…
Por supuesto, en contacto con sus entrenadores, los directores técnicos de las Federaciones Autonómicas y de los propios clubs, al final no ellos los que están trabajando en el día a día con las jugadoras durante toda la temporada.
¿Hay altibajos en la evolución de las jugadoras?
Los hay, lógicamente, es normal, las temporadas son largas, hay que valorar su rendimiento en función de cada momento, de las cargas de entrenamientos, en los ‘picos’ de competición… Lo importante es conocer cómo van cumpliendo sus objetivos y por nuestra parte, ver cómo pueden encajar en nuestro proyecto de Selección, que queremos siempre que sea lo más competitivo posible.
Y no caben todas…
Esto hay que destacarlo. Muchas buenas jugadoras quedan fuera de las selecciones porque al final son doce las que tienes que elegir. Pero lo bueno es que el número de jugadoras que siguen creciendo es elevado, lo importante es que lleguen al máximo posible de su propio nivel.
¿Surge en alguna ocasión alguna jugadora digamos de repente?
Puede pasar, pero cada vez es más difícil porque es complicado que a los 14 o 15 años se muevan de su entorno. Sí hay jugadoras de evolución más tardía, pero eso lo valoramos gracias a la colaboración con sus entrenadores y los directores técnicos autonómicos. Este contacto es fundamental, el trabajo es de todos.
¿Qué importancia tiene el nivel de competición?
Todo es importante, pero el nivel de competición lo es mucho, y el de nuestro baloncesto de formación es muy elevado, desde los campeonatos autonómicos a los campeonatos de España, tanto de selecciones como de clubes.
FEB