Con las bajas de última hora de Torrens y Abalde, España, "más fuerte que nunca", busca el tercer oro consecutivo en un verano en el que a continuación deberá afrontar los Juegos
No hay mayor contratiempo antes de un torneo que perder a tu estrella en los días previos. Pero con la baja, confirmada el mismo miércoles, de Alba Torrens, además de la de Tamara Abalde, ambas positivo por coronavirus (aisladas aunque asintomáticas), afronta la selección el más difícil todavía, el 'imposible' de encadenar el tercer oro europeo consecutivo. "Es algo que no se consigue desde la URSS, hace 50 años (de 1960 a 1991, ganó 21 de los 22 europeos). No es tan fácil. Pero lo vamos a intentar", despeja excusas Lucas Mondelo, el hombre de todos los récords.
Porque será el quinto torneo continental para el seleccionador, con el que España sólo ha perdido dos de los 31 partidos disputados, con un balance demoledor: tres oros y un bronce, a añadir al subcampeonato olímpico en Río y al bronce y la plata de los últimos mundiales. «Tenemos la presión sobre nosotras. Pero estamos felices de tenerla», desafía Laia Palau, eterna, más de 300 partidos con la selección.
"Más fuertes que nunca, pese a las dificultades", sigue la capitana, consciente de que no sólo es competir sin Alba y Tamara (Laura Quevedo y Paula Ginzo son sus sustitutas), también sin jugadoras que fueron imprescindibles en el pasado reciente y que, por unos motivos u otros, ya no están: Marta Xargay, Anna Cruz y Laura Nicholls.
"Viendo cómo está evolucionando la situación de cada una, Tamara no llegaría hasta la segunda fase del EuroBasket y Alba, en el mejor de los casos, hasta la fase final. Esperarlas supondría empezar el campeonato con 10 jugadoras", aclaró Mondelo, que las reserva ya para la otra gran cita del verano, los Juegos.
El camino de la selección en la Fonteta comienza por un grupo asequible -Bielorrusia, Suecia y Eslovaquia-, pero con el objetivo de alcanzar el primer puesto que da acceso directo a cuartos. Los segundos y terceros deberán jugársela en un cruce de octavos. "En 2019 no tuvimos a Alba y ganamos. Parece que la gente no se ha dado cuenta. Habrá que dar un paso adelante. Somos como Astérix y Obélix, resistiendo a los romanos", reinvindica el seleccionador, que se apoyará en los pilares de siempre (Astou Ndour, Laia, Silvia Domínguez...) y en promesa como Raquel Carrera, una de las perlas del baloncesto nacional.
Lucas Sáez-Bravo
elmundo.es
foto FEB