Laia Palau lleva años anunciando que afronta su último torneo con la selección y nunca lo cumple. “Es que nunca pensé que me fuera a ir tan bien. Gano la Euroliga, me nombran mejor jugadora de no sé qué... pues sigo. Yo siempre me pongo en lo peor”, explica esta base de 1,79 que cumplirá 37 años en septiembre.

Ahora vuelve a afrontar el reto de cada verano convencida de que esta vez va en serio, que esta será su última presencia con la selección y que dentro de un año habrá cambiado la pelota por la mochila y podrá recorrer Australia con una caravana. “Mi proyecto es irme a jugar la liga australiana. Es una liga muy corta, de seis meses. Como mínimo quiero jugar un año más, el que me queda en Praga y el de Australia. Surfeo por la mañana y por la tarde a entrenar. A mí me gusta mucho viajar. Lo mejor que me ha pasado en la vida es tener que salir a jugar fuera de España”, explica Palau, que no rechaza el adjetivo cuando la calificamos como un poco ‘hippy’.

Eso sí, la capitana de la selección española de baloncesto quiere retirarse con una medalla colgada del cuello, la única que le falta tras una trayectoria llena de éxitos. Tiene dos en Mundiales (bronce en 2010 y plata en 2014) y seis en Europeos (oro en 2013, plata en 2007 y bronces en 2003, 2005, 2009 y 2015), además de un bronce más en los Juegos del Mediterráneo de 2001 y dos Euroligas de clubs con el Ros Casares (2012) y su actual equipo, el USK Praga (2015). Ninguna otra jugadora española tiene una colección tan completa de medallas, que aspira a completar en Río con una presea olímpica.

 La baja de Sancho Lyttle, clave

El objetivo era perfectamente asumible hace solo unas semanas, pues España acudía a Brasil con un equipo muy competitivo, que se conoce perfectamente y en su plena madurez deportiva. La lesión de Sancho Lyttle, baja de última hora tras romperse un hueso del pie, ha alterado de forma importante el panorama. “Para mí Sancho es más del cincuenta por ciento del equipo. Esta tía nos permite ser más buenas a las demás, ella se encarga de hacer el trabajo sucio, rebotea, es agresiva, mete cuando tiene que meter, es un lujo. Si viene tres días antes, pues viene tres días antes, yo no creo que esté menos comprometida. Nos da mucho y pide muy poco. Seguimos siendo la furia española, aunque ahora tenemos más talento. Pero el factor diferencial total es Sancho”, nos explicaba Laia cuando nos reunimos hace unas semanas, antes de que la nacionalizada española se lesionara.

A pesar de esta decisiva baja, Palau no renuncia a luchar por las medallas. “Ha sido un palo muy grande”, se lamenta cuando la volvemos a llamar. “Todas sabemos lo que supone Sancho para este equipo. Pero seguimos teniendo equipo para ir a por medalla. Todo nos costará mucho, sufriremos mucho más, pero el objetivo no cambia, queremos ganar esa medalla. Al final afrontamos la lesión de Sancho como un reto porque a este grupo le va la marcha”, asegura, aunque puntualiza que “ahora una medalla sería espectacular”.

Sólo Estados Unidos parece, como siempre, claramente por encima del resto. “Lo único que nos preocupa es encontrarnos a Estados Unidos cuanto más lejos mejor. Los otros principales rivales son Australia, Francia,... Serbia es un poco incógnita, lo hicieron muy bien en el Europeo pero no sé si fue flor de un día, Turquía ha bajado un poco...”, valora Laia.

“Yo quiero ir a los Juegos, hacer un buen papel, algo guapo y cerrar el chiringuito. Si no, me puede quedar la espina”. Y eso puede significar tener que aplazar su ansiado ‘exilio’ australiano.


José Ignacio Huguet
mundodeportivo.com
foto: Lou Mesa
www.lokosxelbaloncestofemenino.com