España se gusta y buscará ante Serbia el pase a la lucha por las medallas | El equipo de Mondelo saca de la pista a Montenegro y debe afrontar el peaje de no haber llegado a cuartos como primero de grupo
Cuartos de final. Ese era el primer objetivo de un Eurobasket que, además, sirve como criba europea para determinar los seis equipos que buscarán, en febrero de 2022, los tres billetes del continente para el Mundial de Australia. Un dato que le daba a la repesca de octavos una dosis de dramatismo (que se lo cuenten a Italia que ayer dijo adiós a la cita mundialista). España llega al cruce de mañana por el camino largo, con un partido más en las piernas, y con Serbia esperando con las uñas afiladas (aún no olvidan la eliminación en las semifinales del 2019 en Belgrado). La parte buena es que las de Mondelo van claramente de menos a más en el torneo y con la mentalidad de que para conseguir el tercer oro de tacada (se escribe fácil pero no lo es) tiene que ganar tres partidos más. Sea ante quien sea. Tras la sorpresa que dio Suecia una hora antes, las españolas saltaron con la idea firme de no dejar soñar a Montenegro. Lo consiguieron.
El único consuelo al descanso para el imponente Nikola Pekovic, siete años jugador de los Timberwolves en la NBA y ahora presidente de la Federación de Montenegro, era Andreas Zagklis, Secretario General de la FIBA y que ayer ya se desplazó a Valencia para presenciar la recta final del Eurobasket. Por el gesto simpático del abogado griego y máximo dirigente del mundo del basket, Pekovic le había dicho algo así como «es que son muy buenas». Sí, lo son. España volvió a coger velocidad de crucero en el segundo cuarto, desde la defensa, como en los partidos ante Suecia y Eslovaquia. Cuando eso sucede, el rival abre el paraguas y espera, al menos, que cuando deje de llover todavía quede partido. Desde el 6-8 inicial con triple incluido de Jelena Dubljevic, prima del capitán taronja y una de las culpables de que Bojan eligiera en su momento el Valencia Basket, el parcial hasta el descanso fue de 39-19. Con el 45-27, lo único bueno para Montenegro es que aún podía aspirar a meter algo de miedo a la Fonteta. Algo que no ocurrió. Ni de lejos.
Para llegar a ese +18, que fue la máxima renta de la primera parte, Ndour dio el primer paso para anotar 9 de los primeros 13 puntos de su equipo (Montenegro llevaba en ese momento 8), los arreones de furia de una eléctrica Ouviña (que desespera a sus pares en defensa y descarga tanto triples como entradas con canasta más adicional) permitieron el primer estirón y la agresividad que permitió correr a las de Mondelo (6 robos y 8 asistencias) subieron el 26-18 al final del primer cuarto. Al inicio del segundo, la aparición de Conde fue definitiva. La madrileña hizo olvidar, por un instante, la baja de Torrens metiendo 15 puntos sin fallo en los tiros de campo. Normal que Pekovic resoplara.
España no quería dar margen a ningún tipo de sorpresa y utilizó el inicio del tercer cuarto para poner la renta por encima de los veinte (52-31 con triple de Cazorla) para comenzar a gestionar los descansos de cara a la recta final del Eurobasket. Casas, inédita hasta entonces, entró al partido antes del 66-41 al final del tercer cuarto. A esas alturas, tan sólo restaba saber el resultado final. Tras el partido, Raquel Carrera mostró la ambición del equipo y el apoyo de la Fonteta: «Estamos muy contentas con el ambiente que estamos viviendo. Es cierto que nos gustaría que hubiera más gente pero estamos muy contentas del apoyo que estamos teniendo. Ahora vamos a por todo».
J.C. Villena
lasprovincias.es
foto EFE