En lo que va de siglo, la selección femenina de baloncesto ha subido 12 veces al podio: 8 en Europeos, una en Juegos y tres en Mundiales, la última este domingo en Tenerife con un bronce que prolonga una trayectoria memorable de seis medallas consecutivas en grandes torneos. Solo Rusia, con 10 metales en el mismo tramo, aguanta una secuencia en la que España vence por persistencia competitiva. Los herederos de la URSS (que conquistó 21 de los 23 primeros campeonatos de Europa entre 1938 y 1991) se bajaron del podio Mundial en 2006, del olímpico en 2008 y del continental en 2011. Tampoco Francia (siete medallas desde 2001), ni la República Checa (tres) resisten ya la comparación. Ningún país Europeo aguanta el ritmo de España: oro en el Europeo de 2013, plata en el Mundial de 2014, bronce en el Europeo de 2015, plata en los Juegos de 2016, oro en el Europeo de 2017 y bronce en este Mundial.
Antes del triunfo en el Eurobasket de 2013, donde se instaló en la gloria, España era la cuarta potencia continental y la sexta mundial en categoría absoluta en el ránking oficial de la FIBA de selecciones femeninas. Pero ya entonces, era la segunda potencia mundial en categorías de formación, solo por detrás de EE UU. La evolución natural del éxito desde la cantera ha hecho que, en el último lustro, las jugadoras españolas lideren sin discusión la lista europea y estén segundas en la mundial, en una jerarquía que solo amenaza alterar la pujante Australia de Liz Cambage.
Las 12 medallas en este siglo jalonan el esforzado camino a la cima del grupo que ha liderado el crecimiento del deporte femenino en España: de las 389.933 licencias de 2001 a las 839.985 actuales, con el baloncesto siempre al frente con 118.260, según datos del CSD de 2017. La cifra de fichas de las mujeres de la canasta todavía duplica las del fútbol (60.329), que ya ha puesto en marcha su potente maquinaria corporativa y mediática para diversificar el producto.
Más allá de la competición, el Mundial de Tenerife libraba precisamente la batalla de la visibilidad, para el baloncesto y para el deporte femenino. La plataforma ha sido de despegue y ha logrado trascender las pistas. “Lo valoramos como un gran éxito. Ha sido el torneo femenino más visto por televisión y más seguido por redes. Será la antesala de una nueva era para el baloncesto femenino”, proclamó el presidente de la FIBA, Horacio Muratore, antes de la clausura. “Hace tiempo que venimos apostando por el desarrollo del baloncesto femenino y España es el país que más ha avanzado en ese movimiento. Desde que se concedió la organización del Mundial, en 2016, el programa Universo Mujer alcanzó a otros deportes y se convirtió en un gran vehículo para atraer inversión”, desarrolló el dirigente, que anunció a su vez la implantación del nuevo calendario de competición con la incorporación de las ventanas de clasificación como en el calendario masculino.
“Eso nos dará una presencia constante de los equipos nacionales, una mayor exposición que es lo que buscamos. Esto tiene que servir de efecto multiplicador en toda Europa y el mundo”, completó Muratore. “Los pabellones han estado llenos y se ha vivido un gran ambiente de baloncesto. No solo con los partidos de España. Creemos que hemos dado el empujón definitivo al baloncesto femenino”, expresó el presidente de la Federación Española, Jorge Garbajosa, anticipando unos datos para el optimismo.
En la primera fase del torneo se emitieron el 86% de las entradas en el Santiago Martín y el 88% en el Quico Cabrea, con una ocupación media cercana al 50% en los partidos en los que no jugaba España y próxima al 80% en los de EE UU. En la fase final se vendieron todas las entradas, los partidos de la anfitriona crecieron en asistencia del 85 al 95% y la ocupación media rondó el 60%. En cuanto a la proyección internacional, los más de 300 medios acreditados y los 145 países con derechos de televisión multiplicaron la visibilidad y repercusión del torneo con una audiencia inédita en España en el baloncesto femenino.
“Algo se está agitando y las cifras de este Mundial así lo acreditan”, comentó el director de la Copa del Mundo, José Montero, que dejó el dato histórico de que el Australia-China de cuartos fue visto por 35 millones de personas en el país asiático. “La Federación Española de baloncesto está trabajando mucho y bien para igualar el nivel de hombres y mujeres. Son básicos los proyectos sociales asociados al evento y es un avance que los medios se tomen cada vez más en serio el deporte de mujeres, sin caer en la comparación constante. Es un gran orgullo”, añadió Lena Wallin-Kantzy, miembro del Comité Ejecutivo de FIBA, en la presentación del balance del torneo.
En términos globales, los siete partidos de España alcanzaron una audiencia media de 400.000 espectadores en Teledeporte, con picos de 800.000 en todos los encuentros, multiplicando el share de la cadena del 1 al 4,5%. No fructificaron las gestiones de la Federación para que la semifinal y el partido por el bronce se emitieran en La1, pero los espacios dedicados a la selección femenina en los Telediarios de TVE refrendaron el interés por el campeonato con cifras de share del 12-13%. La conquista del oro Europeo el año pasado, que sí fue televisada con la cobertura global de La1, reunió a 1.370.000 espectadores y el seguimiento se consolida con las medallas.
Las cifras del Mundial superan con creces las de los partidos de la Liga femenina Día (con un seguimiento de 60.000-80.000 espectadores que se incrementa a los 110.00 en los playoffs) y se asemejan bastante a las de los partidos de las primeras ventanas de clasificación de la selección masculina (que como mejor dato tuvieron un 4,2 de share en Cuatro en el España-Montenegro disputado en Zaragoza). El domingo, el bronce de España se vio más que el oro de Alejandro Valverde. “Este Mundial ha sido un gran logro de visibilidad y ojalá continúe. Lo pido cada verano. Que se mantenga la misma conexión con nosotras durante el año. Y sino, al menos, que la gente se siga vistiendo de la selección en verano”, afirmó la capitana, Laia Palau. “Seamos realistas. El seguimiento mediático de este Mundial marcará un antes y un después, es un punto de inflexión, pero no pensemos que ya hemos llegado. Hemos dado un gran paso pero esto es un camino muy largo en el que todo el mundo tiene que ayudar. Es un trabajo transversal”, remató el seleccionador, Lucas Mondelo.
Faustino Sáez
elpais.com
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