No era fácil el objetivo, pero esta generación del 2007 tiene el gen de la competitividad. Eliminó a Australia en cuartos de final, tuvo contra las cuerdas a Canadá en semis y ha sido superior que Francia en el partido por el bronce. Una medalla que sabe a oro en una experiencia que no olvidarán en México.

 

El Power Ranking de FIBA colocaba a España antes de la Copa del Mundo en quinta posición, por detrás de Estados Unidos, Francia, Australia y Canadá. Y las de Javi Torralba han rectificado ese pronóstico ganando a dos de ellas (Francia y Australia) y estando muy cerca de las canadienses.

Menos de 24 horas después de caer en semifinales, España salió a la pista de León ante Francia con toda la intensidad del mundo. Es cierto que Sara Okeke no estuvo a su nivel, y a Adriana Díaz y a Gina García no les entraban los tiros… pero es un equipo espectacular y muy competitivo. El partido de Francia fue el de Inés García Monje, autora de 15 puntos y 10 rebotes. Y también el de Leyre Urdiain, que firmó su mejor actuación, con 14 puntos. E incluso Mireya Sanz, ese factor X que ha sido clave en muchos momentos del torneo.

España fue capaz de colapsar el ataque francés, y aguantar el cuerpo a cuerpo con su poderío físico, y una vez que consiguió una ligera ventaja (32-24 minuto 25) controló el partido en todo momento. No hubo reacción francesa, la medalla se volvía para España que añade un bronce a las tres platas de 2012, 2014 y 2022.

FEB