Por lo que he podido leer y observar, ha trascendido poco –o no lo que yo pensaba que iba a trascender- la noticia del sit out de Diana Taurasi en la temporada WNBA de este año. La mayoría conoceréis la historia. Taurasi anunció el pasado 3 de febrero que no disputará la próxima campaña WNBA para cuidar su cuerpo y descansar en aras de alargar su carrera profesional lo máximo posible. Bueno, por eso y porque su equipo europeo, el UMMC Ekaterinburg, le hizo una oferta que difícilmente se puede rechazar: que te paguen por tomarte vacaciones. El concepto de vacaciones pagadas elevado a la máxima potencia.

La mayoría de jugadoras WNBA se marcha a jugar en otras ligas –europeas, asiáticas, sudamericanas…- al término de la temporada americana, por lo que trabajan prácticamente durante todo el año, con el consiguiente desgaste físico que ello conlleva. Además, hay que tener en cuenta que muchas de las jugadoras WNBA son piezas clave en sus respectivas selecciones nacionales y suelen acudir con sus países a los torneos continentales o mundiales –y sus respectivos clasificatorios- que se disputen.

La decisión de Taurasi es totalmente entendible bajo las dos premisas básicas que la justifican. Primero, en el plano físico, porque a sus 32 años es lógico que Diana empiece a ser consciente de que no le quedan muchos más años al máximo nivel, y es absolutamente respetable que comience a buscar métodos y fórmulas que le permitan alargar su carrera. Y segundo, porque económicamente es una oferta irrechazable. "La naturaleza del basket femenino de elite a nivel internacional tiene su desgaste y habría sido irresponsable no aceptar la oferta de mi equipo ruso.Me ofrecieron cobrar por descansar y decidí aceptarlo. Quiero poder cuidar de mi y de mi familia cuando me retire del baloncesto", comentaba Diana.

Desde hace ya algún tiempo que, económicamente hablando, en cuanto a salarios, los equipos europeos –sobre todo rusos, turcos y los que disputan la Euroleague Women- y asiáticos están muy por encima de la WNBA. Ilustremos esto con cifras. El salario máximo por temporada en la WNBA -el que estaba cobrando Taurasi en Phoenix- es de 107.000 $, cifra que no es nada desdeñable, por supuesto, pero hay que tener en cuenta que es el sueldo de las superestrellas, ya que el sueldo medio ronda los 72.000 $. Ahora bien, el salario que le ha ofrecido UMMC Ekaterinburg a Diana por la temporada completa –descanso en verano + competiciones del curso 15/16- es de 1.500.000 $. Total, que Taurasi va a cobrar casi quince veces más en Rusia que en las Mercury. QUINCE veces.

Tomando estos datos, ¿no sería entendible que las jugadoras WNBA se vieran seducidas por esos salarios? ¿Cuántas jugadoras, en un futuro, pueden verse en la misma situación que Diana? Es como si todos diésemos por sentado que en WNBA los sueldos son súper atractivos, cuando, en realidad, en materia de sueldos no puede competir –y cada vez menos- con Europa y Asia. Quizá pecamos de creer que en ese sentido es como la NBA. Nada más lejos de la realidad. Básicamente, porque la WNBA se genera a partir de lo que se recauda en la NBA. Creo que con eso queda todo claro. Bueno, doy un dato más, con el sueldo de Kobe Bryant de la 2014/2015 -23.500.000 $-, se costearían los sueldos de todas las jugadoras WNBA durante dos campañas. Cambio y corto.

A simple vista, como ya comentaba al principio, no parece que el sit out de Taurasi preocupe demasiado en la WNBA ni se le ha dado demasiada importancia en USA. Las potencias europeas –y veremos las asiáticas en algunos años- generan mucho más capital que en la WNBA y la tendencia a que surjan casos como el de Diana buen seguro aumentará. Yo, desde luego, creo que hay que darle una dimensión mayor a la que se le está dando a este tema porque va a crear, indiscutiblemente, un peligroso precedente. No tengo la más mínima duda. Tampoco es que la decisión de Taurasi deba tomarse como un antes y un después en el baloncesto femenino, pero sí deberá hacer plantearse algunas cosas en el seno de la directiva WNBA.

Pensadlo por un momento. Una leyenda y jugadora histórica WNBA, uno de los iconos e imágenes de la liga como es Diana Taurasi abandona la WNBA porque en otra liga le ofrecen algo mejor, algo que era impensable hace no mucho tiempo. Por lo pronto, Candace Parker, compañera de Diana en UMMC Ekaterinburg, ya ha anunciado que no se incorporará a Los Angeles Sparkshasta que no esté recuperada y descansada al 100%” tras la disputa de su temporada europea. Y aún podría haber más casos como este durante este mes.

No creo que la decisión de Taurasi fuera a convertirse en algo habitual entre el resto de jugadoras”, comentaba Laurel J. Richie, presidenta de la WNBA, mientras que la entrenadora de Diana en Phoenix –también lo es en UMMC Ekaterinburg-, Sandy Brondello, afirmaba que “entiendo la decisión de Diana, ya que con toda seguridad le permitirá extender su carrera y nos beneficiará en un futuro”.

"No ha sido ni un golpe encima de la mesa ni nada parecido. Sólo es mi decisión personal. Mi agente que dijo que no hacer esto sería una irresponsabilidad desde un punto de vista financiero. Y la verdad es que eso sí que es un tabú que no entiendo. Parece que como eres deportista no deberías preocuparte por esas cosas. La gente quiere que no nos preocupemos por nuestro futuro, por cuando tengamos 40 años y nos cueste caminar porque tendremos las rodillas hechas polvo. ¿Me dará alguien entonces un trabajo en su empresa o su negocio?No tengo experiencia en nada más. Este es mi trabajo. ¿Por qué no tendría que dedicarme a ganar la mayor cantidad de dinero que pueda?", sentencia Taurasi. Y tiene toda la razón. Yo también quiero unas vacaciones pagadas como las suyas.

 

Por Edu Bustos

Lokos x el baloncesto femenino